El veganismo, el amor y el intento

En el inicio de ese camino, como les conté aqui, el veganismo no estaba ni de cerca en mi radar y cuando, investigando acerca del vegetarianismo, leía superficialmente acerca de él, debo confesarles que como a muchos, también me parecía una postura innecesaria y no comer queso era impensable para mí (ahora entiendo que era mi adicción). Para ese entonces tampoco cocinaba con huevo en casa pero me parecía super dificil salir a cenar o a tomar la merienda en una sociedad en la que «todo tenia huevo», por lo tanto me cuestionaba mucho como balancear mi vida social y sostener ese estilo de vida al mismo tiempo.


Como la vida no suele ser lineal, este proceso tampoco lo fue y en esa búsqueda de información relacionada con el vegetarianismo empecé a conocer mucho acerca de la crueldad que hay detrás de la industria de las pieles, la experimentación que se realiza en animales y su uso como insumo no solo en productos de belleza sino en muchos otras cosas que a veces ni nos imaginamos. Asi que, sin buscarlo, empecé a descubrir en mi vida cómo el veganismo va más allá de una elección en la alimentación y hace parte de un estilo de vida integral: haciendo elecciones más conscientes en cada cosa que compraba, de acuerdo con lo que iba aprendiendo, mi estilo de vida se acercaba cada vez más al veganismo, ¡excepto por el queso! El bendito queso que seguía siendo mi adicción.


Fue así hasta que en el 2012 vi un documental que me abrió los ojos a una realidad de la cual yo era 100% inconsciente. El documental se llama «Huérfanos de los lácteos» y lo realizó un grupo activistas chilenos para mostrar la realidad de la industria láctea. Les dejo acá el link por si quieren verlo pero no sin antes advertirles que contiene imagenes muy fuertes. Recuerdo que fue tan movilizante para mi, que no lo vi hasta el final (y honestamente no sé si lo terminé de ver alguna vez), sin embargo ese día supe que no iba a volver a comer lácteos.


No les voy a negar que al principio fue difícil. A mi me gustaba muchísimo sobre todo el queso, y aunque ya tenía super claro que los lácteos tienen un montón de herbicidas, hormonas (estrógenos y progesterona), antibióticos, y que son super perjudiciales para la salud, no fue sino hasta que asumi la responsabilidad de no hacer parte de esa cadena de sufrimiento que me motivé y comprometi a mantenerme firme en mi elección. Luego de unos meses los nuevos hábitos estaban instaurados y mi circulo social iba oponiendo cada vez menos resistencia a este cambio, además mi cuerpo dejo de pedirme lácteos y fue muy beneficioso para mi salud.


A través de los años mi acercamiento al veganismo ha cambiado, la percepción cultural del veganismo ha cambiado también y cada vez es más fácil conseguir productos y etiquetas que facilitan este estilo de vida. Muchos dicen que es una moda, yo creo que es una buena ideología y ojala siga creciendo como tal.
Por otra parte me ha llevado a reflexionar mucho al respecto, yo elegí este camino basada en el amor por la vida, hoy siento que que no puedo proclamar amar a los animales si no amo a los seres humanos que comparten mi camino conmigo como mi familia y amigos (y muchos de ellos no son veganos), por eso hoy elijo vivir una vida «basada en plantas», sin etiquetas, con respeto, con amor por la vida y amor por toda la naturaleza y eso es lo que me da felicidad aquí y ahora.


Me encanta la idea de una vida sin sufrimiento animal, así como deseo la vida sin sufrimiento humano y sin el consumismo que explota a nuestra madre tierra. Deseo una vida consciente de amor y respeto, de comprender que estamos todos interconectados y que el bienestar de otros es también nuestro bienestar. Por eso intento en mi día a día recrear esa vida que anhelo y aprender de cada experiencia, de cada mirada y de cada intento.


Con amor, Grace

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *